Verticilosis del Olivo causada por el hongo Verticillium dahliae origina dos síndromes denominados apoplejía y decaimiento lento.
Descripción
La Verticilosis del olivo, causada por el hongo Verticillium dahliae, es una enfermedad ampliamente distribuida en todos los países de la Cuenca Mediterránea. Su importancia ha aumentado en los últimos años y a ello ha contribuido la intensificación del cultivo y el establecimiento de nuevas plantaciones en suelos infestados. Es, sin duda, la enfermedad que más preocupa al agricultor por la dificultad para combatirla.
Generalmente esta enfermedad se manifiesta por dos síndromes denominados apoplejía y decaimiento lento.
Ambos síndromes pueden presentarse en árboles de todas las edades, si bien los árboles menores de 10 años de edad infectados por aislados de V. dahliae, altamente virulentos, pueden sufrir una intensa defoliación de hojas verdes desde finales de otoño a finales de invierno, que puede originar con rapidez la muerte del árbol en cultivares susceptibles.
La poca especificidad de los síntomas descritos, unida a una manifestación de los síntomas en una parte del árbol, a la ausencia en algunos casos de una coloración vascular castaño oscura y a la posible simultaneidad de esta enfermedad con podredumbres radicales o plagas (euzophera y barrenillo, etc.), hace preciso que la Verticilosis deba ser diagnosticada en un laboratorio cualificado.
Entre los aspectos relacionados con el hongo que son relevantes para el control integrado de la enfermedad, destacan:
- La capacidad prolongada (hasta 14 años) que tiene de sobrevivir en el suelo en forma de unas estructuras denominadas esclerocios.
- La amplia gama de plantas huéspedes en las que puede multiplicarse o completar su ciclo de vida, entre las que se encuentran algunas malas hierbas del olivar.
- La capacidad que muestran parte de sus aislados para causar la muerte del árbol.
- Los numerosos medios de dispersión del patógeno (agua de riego, hojas, restos leñosos de poda, plantones infectados pero sin síntomas, suelo, estiércol de oveja...).
Los distintos mecanismos de dispersión de V. dahliae facilitan la introducción y diseminación del patógeno en lugares en los que no estaba presente con anterioridad. Por lo tanto, la prevención de dicha introducción debe constituir el principal objetivo del sector viverista y olivarero, con independencia de su adscripción o no a sistemas de Producción Integrada, ya que el control de la enfermedad una vez que se ha establecido en el campo es, por el momento, muy difícil de conseguir. (Tomado de Bejarano et al., 2011)
Síntomas y daños
Generalmente esta enfermedad se manifiesta por dos síndromes denominados apoplejía y decaimiento lento.
La apoplejía consiste en la muerte rápida de ramas o del árbol completo, cuyas hojas pierden el color verde característico para tornarse marrón claro, al tiempo que se enrollan sobre el envés foliar y quedan adheridas a las ramas.
Este síndrome puede tener lugar desde principios de otoño hasta finales de primavera pero es más frecuente que se desarrolle entre el final del invierno y el principio de la primavera.
El decaimiento lento se caracteriza por la defoliación parcial de ramas, cuyas hojas más jóvenes se secan sin llegar a caer.
Estos síntomas se desarrollan principalmente durante la primavera aunque también pueden ocurrir en verano, por lo que suelen ir acompañados del momificado de flores y menos frecuentemente de frutos, dependiendo del estado fenológico del árbol en el momento en el que tengan lugar los síntomas.
Seguimiento y estimación del riesgo para el cultivo
– Selección de la parcela de muestreo
Hay que hacer un muestreo sólo si se aprecian daños, y hay que determinar el alcance de los mismos.
– Número de árboles en cada parcela de muestreo
Árboles afectados.
– Número unidades de muestreo secundarias
Observación general del árbol. Si se va a tomar una muestra para diagnóstico en laboratorio, hay que coger 6-8 ramitas por árbol, del tamaño de un bolígrafo (en longitud y grosor) procedentes de la parte todavía verde de ramas que se están secando, y entregarlas verdes todavía al laboratorio.
– Trampas que deban utilizarse: descripción, número y modo de uso
No se utilizan trampas
– Definición de las variables que se miden
En la inspección visual del árbol pueden reconocerse los diferentes síntomas característicos, pero se recomienda confirmación en el laboratorio de diagnóstico, especialmente si es el primer caso de la finca.
– Época de muestreo
El mejor momento para apreciar los síntomas es a lo largo de la primavera.
Medidas de prevención y/o culturales
- Plantar en suelos libres del hongo. Para ello, pueden realizarse análisis del suelo, especialmente indicados en aquellas parcelas donde con anterioridad, hubiera habido cultivos susceptibles de padecer verticilosis.
- Emplear variedades menos susceptibles. En la actualidad, Frantoio, Empeltre y Changlot real.
- Poner plantones libres del hongo. Esta medida es fundamental, puesto que la utilización de plantas infestadas ha sido una de las principales vías de expansión de la enfermedad. - No utilizar compost o estiércol del que se desconozca su procedencia. Igualmente, no realizar aportes de hojas procedentes de zonas de limpieza de aceituna, que no hayan sido perfectamente compostadas.
- No intercalar cultivos susceptibles a la verticilosis en las calles del olivar.
- Limpiar tractores, aperos y herramientas que pudieran estar contaminados, con lejía comercial rebajada al 50% con agua.
- En la medida de lo posible, utilizar para el riego aguas no contaminadas.
- Favorecer la riqueza biológica del suelo, mediante un incremento de la materia orgánica. Suelos con elevada biodiversidad propician un equilibrio ecológico que reduce la presencia de Verticillium dahliae y otros organismos nocivos.
- Reducir el laboreo. El sentido común dicta que estos métodos preventivos deberían permanecer activos aún cuando se detecte la enfermedad en la parcela, para evitar un incremento de la concentración de inóculos.
Además, en el momento de tener el diagnóstico de la enfermedad:
– Eliminar todas las partes del árbol afectado, incluyendo hojas caídas, quemándolas.
– No picar la madera de árboles afectados.
– Eliminar malas hierbas sensibles a la verticilosis, como Portulaca, Xanthium, Amaranthus, Chenopodium.
– Fertilización equilibrada y control del riego.
– Evitar la erosión a toda costa.
– Incrementar la proporción de materia orgánica del suelo.
Umbral/Momento de intervención
No hay un umbral de intervención.
Medidas alternativas al control químico
Además de los medios señalados en este apartado, para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, pudiendo ser alternativas al control químico.
Medios biológicos
Biofumigación con cubierta vegetal de crucíferas, especialmente Sinapis alba ssp mairei y Brassica carinata, siguiendo la técnica adecuada para ello, que se resume en desbrozar esta cubierta vegetal cuando aparezcan las primeras semillas, e incorporarlas al suelo con una labor suave.
Medios físicos
Solarización del suelo de la planta afectada, mediante el uso de la técnica adecuada para ello, que se resume como sigue:
Alisar el suelo y quitar piedras u otros obstáculos que impidan que el plástico se pegue a la superficie. Mojar muy bien el suelo (1.000-2.000 litros de agua por olivo). Colocar un plástico transparente, bien ceñido a la superficie del suelo. El grosor del plástico debe ser de 250-300 galgas. La época de solarización debe estar comprendida entre mayo y septiembre.
Medios químicos
Se podrán utilizar los productos fitosanitarios autorizados en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
En el momento de la publicación de la guía existe un único producto fitosanitario autorizado, se trata de un formulado a base de microorganismos. A la hora de seleccionar los medios de control se priorizaran siempre las medidas de prevención y/o culturales, seguidas por el resto de medidas alternativas al control químico y por último los medios químicos.
Bibliografía
Bejarano-Alcázar, J. D. Rodríguez-Jurado, J.M. Durán-Álvaro, M. Ruiz-Torres, M. Herrera-Mármol (2011). Unidad Didáctica 5. Control de enfermedades y plagas en producción integrada del olivar. En: Producción Integrada de Olivar, pp 55-90. Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera. Junta de Andalucía. Sevilla.
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Fuente y referencia: Publicación del Ministerio de Agricultura de España, Guia de Gestión Integrada de Plagas en Olivar. Madrid 2014
Verticilosis del olivo, Verticillium dahliae