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Fuego bacteriano, Erwinia amylovora, en frutales de pepita

Fuego bacteriano, Erwinia amylovora, en frutales de pepita. Los síntomas en flores son la necrosis de las mismas, pudiendo presentar al inicio de la infección un aspecto húmedo.

Descripción de Fuego bacteriano, Erwinia amylovora, en frutales de pepita

Dentro de los frutales de pepita afecta a peral, membrillero, níspero y manzano. Las principales características de Erwinia amylovora son las siguientes:

• Rápida migración en la planta, pudiendo provocar la muerte de la misma en un solo periodo vegetativo.

• Su gran capacidad de diseminación por distintos medios y su capacidad de sobrevivir en los tejidos de las plantas hospedantes.

• Aunque esta enfermedad se ha descrito en unas doscientas especies vegetales, en muchas ocasiones mediante inoculaciones artificiales, la legislación europea considera huéspedes a las especies frutales Pyrus spp., Malus spp., Cydonia spp., Eriobotrya spp. y Mespilus spp., además de siete especies silvestres y ornamentales.

• Sus efectos devastadores con elevado impacto económico.

Fuego bacteriano, Erwinia amylovora, en frutales de pepita

Síntomas y daños de Fuego bacteriano, Erwinia amylovora, en frutales de pepita

Los síntomas en flores son la necrosis de las mismas, pudiendo presentar al inicio de la infección un aspecto húmedo.

La entrada de la bacteria se puede producir por cualquier parte de la flor y posteriormente se reproduce en el estigma, avanzando a continuación a través del pedúnculo floral al resto de la planta.

La época de la floración, tanto principal como secundaria, es uno de los periodos de mayor sensibilidad a las infecciones de E. amylovora.

En los brotes el síntoma más característico es la pérdida de rigidez del extremo apical del mismo, curvándose en forma de cayado de pastor y adquiriendo tonos ennegrecidos en peral o castañorojizo en manzano y membrillero.

Las hojas pueden resultar afectadas directamente por la entrada de la bacteria por estomas o por alguna herida, o indirectamente a través del brote que las sujeta. En ambos casos la hoja acaba necrosándose y adquiriendo tonos oscuros. Las hojas afectadas no caen al suelo, quedando incluso sujetas al árbol en otoño, cuando el resto ya han caído.

Los frutos pueden verse afectados desde el comienzo de su formación hasta la madurez. La bacteria penetra a través de las lenticelas o de heridas, especialmente por lesiones producidas por granizo. Los frutos afectados presentan inicialmente un aspecto húmedo y más tarde se oscurecen produciéndose la necrosis. En el interior se observan zonas de aspecto vítreo o húmedo.

Finalmente los frutos quedan momificados en el árbol o caen. Los síntomas en madera se manifiestan en forma de chancros, donde la bacteria sobrevive en invierno dando lugar, en la primavera siguiente, al inóculo que generará las futuras infecciones.

A menudo se observa la corteza deprimida y en ocasiones con estrías. Si se levanta la corteza en la zona del chancro, se pueden observar estrías de color pardo–rojizo. En todos los órganos antes descritos, se puede observar a menudo la presencia de exudados con gran contenido de bacterias. Es más frecuente observarlos a primeras horas de la mañana o después de una lluvia.

Periodo crítico para el cultivo

Para que se produzcan las infecciones deben darse 3 condiciones: planta huésped receptiva, condiciones ambientales adecuadas y existencia de inóculo.

Las condiciones óptimas para que se produzcan infecciones por E. amylovora son una temperatura de entre 18 y 30 ºC con alta humedad relativa, rocío o lluvia.

Si además se producen granizos y tormentas se generarán las condiciones idóneas para nuevas infecciones.

La planta no tiene la misma receptividad durante toda su fenología, siendo los estados de floración y rápido crecimiento los más sensibles.

Este compendio de condiciones suele darse desde marzo a abril en las regiones más cálidas y hasta mayo en las frías.

En las primeras abundarán más las infecciones en la flor, mientras que en las segundas dominarán las infecciones producidas en brotes y durante las posibles floraciones secundarias.

El níspero en la zona mediterránea florece en otoño-invierno, época durante la cual se alcanzan con facilidad las condiciones ambientales necesarias para la infección.

Otras puertas de entrada son las heridas producidas durante la poda, el aclareo de flor y fruto, la recolección y daños por granizo o viento que afectan a las hojas y frutos facilitando la entrada de la bacteria.

Seguimiento y estimación del riesgo para el cultivo

La mejor forma de detectar la enfermedad es la realización de un seguimiento de las condiciones ambientales identificando aquellos periodos en los que se dan las más favorables para el desarrollo de la bacteria.

Existen actualmente soportes informáticos que conjuntan y modelizan información meteorológica con estados fenológicos para identificar los periodos críticos de infección (modelos Billing revised system (BRS), Cougarblight, Maryblyt, etc.).

Es entonces cuando se debe intensificar la prospección de las parcelas en busca de síntomas. Será frecuente encontrar síntomas similares a los descritos anteriormente, pero con causas distintas a E. amylovora, como los producidos por plagas como el picabrotes del peral o enfermedades como Pseudomonas spp., diversos hongos, o incluso daños por herbicidas,…

Existen sistema de diagnóstico rápido en campo que pueden resultan útiles. Sin embargo, la confirmación definitiva ha de hacerse siempre mediante un análisis oficial de laboratorio.

Atender a las indicaciones de las Estaciones de Avisos Agrícolas o de los Servicios de Sanidad Vegetal de cada zona, que determinen las condiciones de riesgo.

Medidas de prevención y/o culturales

Desinfección de los útiles de poda (con productos adecuados) al menos una vez al acabar cada fila. Realizar sólo poda invernal y evitar la poda en verde.

Realizar las plantaciones con material certificado acompañado del pertinente pasaporte fitosanitario procedente de viveros situados en Zona Protegida respecto a esta enfermedad.

Plantar preferentemente variedades poco sensibles. Evitar el abonado nitrogenado excesivo para reducir el vigor de la planta y la excesiva brotación.

Evitar los sistemas de riego que provoquen prolongados aumentos de humedad relativa en el ambiente de la parcela.

Procurar realizar prácticas culturales que reduzcan las floraciones secundarias.

Umbral/Momento de intervención

Al tratarse de una enfermedad de cuarentena en algunas regiones españolas, no se establece umbral alguno de intervención, más allá de la mera presencia de un punto de infección.

En las Zonas Protegidas respecto a la enfermedad, ante la detección de plantas con síntomas debe comunicarse inmediatamente a las autoridades competentes en sanidad vegetal, que ordenarán el arranque y destrucción de las plantas afectadas y las de su entorno inmediato.

En las zonas donde se haya declarado oficialmente establecida la enfermedad, debe procederse a la eliminación, como mínimo, de las partes afectadas de la planta, cortando al menos 40 centímetros por debajo de los síntomas visibles.

Medidas alternativas al control químico

Además de los medios señalados en este apartado, para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, pudiendo ser alternativas al control químico.

Medios biológicos

Se viene estudiando la posibilidad de efectuar tratamientos con microorganismos que comparten el mismo nicho ecológico que E. amylovora con el fin de provocar un desplazamiento competitivo de la bacteria causante del fuego bacteriano.

Estos tratamientos en ningún caso tienen efecto curativo alguno.

Medios químicos

No existe actualmente ninguna materia activa registrada realmente eficaz en la lucha contra el fuego bacteriano.

No obstante, se pueden realizar tratamientos con productos fitosanitarios autorizados en el Registro de Productos Fitosanitario del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, entre la caída de las hojas y hasta que el fruto alcanza el tamaño de una nuez con el fin de mantener un buen estado sanitario general de la plantación.

Bibliografía con información de Fuego bacteriano, Erwinia amylovora, en frutales de pepita 

El fuego bacteriano de las rosáceas (Erwinia amylovora). Ana Palacio-Bielsa y Miguel A. Cambra Álvarez. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.

Enfermedades de los frutales de Pepita y de Hueso. Sociedad Española de Fitopatología. Ediciones Mundiprensa. http://www7.inra.fr/hyppz/species.htm

La defensa de las plantas cultivadas. R. Bovey. Ediciones Omega S.A.

Plagas y enfermedades de las plantas cultivadas. F. Domínguez García-Tejero. Ediciones Mundi- Prensa.

Peral. Control Integrado de Plagas y Enfermedades. J. Garcia de Otazo, J. Sió, R. Torá y M. Torá. Agro Latino S. L.

Fuente y referencia: Publicación del Ministerio de Agricultura de España, Guia de Gestión Integrada de Plagas en Frutales de Pepita. Madrid 2014.

 

Fuego bacteriano, Erwinia amylovora (Burril) Winslow et al., descripción, daños y control integrado

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