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Abonos nitrogenados simples son por orden de importancia los fertilizantes nitrico amoniacales, la urea y el sultato amónico, además de los fertilizantes nitrogenados líquidos.

Los fertilizantes nítrico amoniacales son los fertilizantes más utilizados en agricultura debido a que reúnen las ventajas de contener nitrógeno nítrico, de disponibilidad inmediata, y nitrógeno amoniacal, de acción más lenta y prolongada ya que debe sufrir el proceso de nitrificación.

Esta composición aporta la ventaja de poder efectuar una sola aplicación de cobertera en muchos cultivos. Se trata de productos muy versátiles para el agricultor, que se aplican fundamentalmente en el abonado de cobertera de los diferentes cultivos.

No es necesario proceder al enterramiento de los abonos nítrico amoniacales porque son muy solubles.  Con una precipitación moderada o un riego es suficiente para situarlos al alcance de las raíces. Se recomienda que el almacenamiento tenga lugar en recintos cerrados, bien ventilados y con ambiente seco, donde la temperatura no sea elevada.

El producto debe mantenerse siempre aislado, fuera de la luz solar, lejos de fuentes de calor y materiales combustibles. En el campo no debe almacenarse cerca de heno, paja, gasóleo, etc. Los productos con contenidos en nitrógeno por encima del 28% deben entregarse al agricultor envasados según el Reglamento (CE) nº  2003/2003, y deben someterse a la legislación correspondiente en materia de almacenamiento, transporte por carretera, barco, etc.

La urea, es por orden de importancia, el segundo fertilizante para aportar Nitrógeno más utilizado en nuestro país.

Se presenta en dos formas con características físicas y químicas diferenciadas:

La urea granulada o prilada, para aplicación al suelo y la urea cristalina, completamente soluble y no corrosiva, especialmente indicada para su aplicación foliar y uso en fertirrigación. La urea granulada o prilada se aplica siempre sobre el suelo. Al tratarse de un fertilizante de acción prolongada en el tiempo puede aplicarse en sementera, pero fundamentalmente se utiliza en cobertera, en una o dos aplicaciones. La aplicación debe realizarse con suficiente antelación, para que el nitrógeno esté disponible en el momento de mayor requerimiento de la planta. Para evitar las pérdidas por volatilización de amonio, sobre todo en suelos calizos, ambiente seco y temperaturas elevadas, se recomienda enterrarlo con una labor. Cuando se aplica en regadío es conveniente que el suelo esté húmedo o se efectúe un pequeño riego tras su incorporación. Además de su empleo directo en el campo, se utiliza como materia prima para los blendings o mezclas junto al DAP y cloruro de potasa.  Por su interés y practicidad, se reproduce a continuación el Código de Buenas Prácticas Agrarias para la urea elaborado por la European Fertilizer Manufacturers Association, EFMA.

La urea cristalina se utiliza, sobre todo, en aplicaciones foliares y también en fertirrigación. Su bajo contenido en biuret, inferior al 0,25%, permite su aplicación sobre las hojas. Se recomienda su uso en los momentos en los que las plantas necesitan un suministro rápido de nitrógeno o tienen dificultades de absorción por la raíz debido a la excesiva humedad del suelo, frío, poda excesiva o sequía. Con bajas temperaturas, la absorción por vía foliar es más intensa que por vía radicular, pero no conviene realizar aplicaciones con temperaturas inferiores a los 10ºC. En el caso de cultivos leñosos, la mayor eficacia de la aplicación se obtiene si se realiza durante el desarrollo de las yemas florales y la caída de los pétalos. Las pulverizaciones deben orientarse hacia el envés de las hojas que es donde la absorción se realiza de forma más intensa.

El sulfato amónico, fertilizante nitrogenado sólido amoniacal. El sulfato amónico se presenta en forma de cristales uniformes de muy alta solubilidad y es poco higroscópico. Se utiliza en la elaboración de abonos de mezcla presentándose entonces en forma de cristales de mayor tamaño.

Entre los fertilizantes nitrogenados líquidos que más se comercializan hay unos susceptibles de ser empleados pulverizados sobre el suelo y otros cuya principal utilización es en fertirrigación. En este punto se describen las características de los primeros.    

La solución de nitrato amónico y urea, con un contenido del 32% en nitrógeno, es el único fertilizante nitrogenado que contiene este nutriente en sus tres formas: ureico (50%), amoniacal (25%) y nítrico (25%), lo que hace de él un producto muy versátil.

La solución nitrogenada 32% se utiliza en la cobertera de cereales de invierno. En una sola aplicación, al inicio del ahijado, suministra todo el nitrógeno requerido por el cultivo. La aplicación se realiza con pulverizadores, autopropulsados o remolcados, provistos de boquillas de tres chorrillos que distribuyen el producto en gotas gruesas. La rapidez, precisión y homogeneidad del reparto de este sistema de distribución supone una gran ventaja.

La utilización de la solución nitrogenada 32% está también muy extendida en el cultivo del maíz. Se aplica en fertirrigación, distribuyéndose en varios momentos a lo largo del ciclo de cultivo por medio de pivots o por aspersión. Las dosis que se recomiendan son ligeramente menores que las de los sólidos, ya que las características del producto y su forma de aplicación permiten el máximo aprovechamiento por los cultivos.

La solución de abono nitrogenado 20% está muy indicada para su utilización en sistemas de riego, aunque también es empleada pulverizada en la cobertera de los cereales, con gota gruesa antes del ahijado, utilizando pulverizadores fabricados con materiales adecuados. 

 

Abonos nitrogenados simples - Fertilizantes con Nitrógeno

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