Textura de un suelo es combinación y distribución de diferentes tamaños de las partículas elementales que lo forman. Con arreglo al tamaño y con ayuda del triangulo de textura se determina exactamente el tipo de suelo.
De forma general y considerando sólo en el contenido de arcilla del suelo, se puede clasificar en:
Suelo arenoso .......... arcilla inferior al 10%
Suelo franco .............. arcilla entre 10-30%
Suelo arcilloso ........ arcilla superior al 30%
La textura influye decisivamente en el comportamiento del suelo respecto a su capacidad de retención de agua y nutrientes, su permeabilidad (encharcamiento, riesgo de lixiviación de agua y nitrógeno, etc.) y su capacidad para descomponer la materia orgánica.
Los suelos arenosos, sueltos, tienen pocos poros y grandes, están bien aireados, son permeables y pueden almacenar poca agua y nutrientes. Los suelos arcillosos, fuertes, con muchos más poros pero más pequeños, son más compactos, menos permeables y pueden retener una mayor cantidad de agua y elementos químicos. Su fertilidad es, por tanto, más elevada.
Textura del suelo agrícola