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Descripción de la situación del Calcio en distintos tipos de suelos agrícolas y las diferentes soluciones encaminadas a corregir deficiencias para una correcta nutrición en agricultura.

Situación del Calcio en el suelo

El contenido de calcio en el suelo es muy variable, siendo la media estimada de 1,37%, dependiendo del material original y del grado de meteorización del suelo.

En el balance de calcio del suelo hay que considerar también el calcio incorporado como enmiendas calizas, fertilizantes, el aportado en enmiendas orgánicas y el contenido en el agua de riego, mientras que las principales salidas se deben a la exportación del cultivo y a la lixiviación.

Igualmente, hay que considerar el calcio retenido en las superficies de intercambio. En suelos ácidos la fracción principal será la que esté retenida en los coloides del suelo. Una baja capacidad de intercambio catiónico y una elevada acidez, serán las causas de que el calcio no quede retenido en esos suelos y se lave.

En suelos neutros, pH 6,6-7,5, es menos probable que se den problemas de falta de calcio.

En suelos básicos, el calcio está generalmente en forma de caliza (carbonato cálcico), mineral que permite una adecuada disponibilidad de calcio si el pH no es muy elevado.

Sin embargo, en condiciones de alcalinidad, pH> 9, la solubilidad de la caliza disminuye considerablemente y el sodio competirá con el calcio, ocasionando problemas de baja disponibilidad.

La deficiencia de calcio en los cultivos no sólo es un problema de disponibilidad en el suelo, sino que también es debida a una deficiente distribución en la planta. El calcio se mueve en la planta con la corriente de transpiración, de modo que en condiciones o en órganos de baja transpiración se puede originar deficiencia de calcio aunque la disponibilidad en el suelo sea correcta.

Los problemas de deficiencia muchas veces se muestran en alteraciones en frutos como por ejemplo podredumbre apical del tomate, el acorchado de la manzana y un largo etcétera. La deficiencia de Calcio tambien se muestra órganos de reserva como en remolacha o en hojas internas en cultivos como la lechuga, aunque aparentemente no exista una deficiencia manifiesta de calcio en el resto de la planta.

La transpiración puede ser reducida por exceso de humedad en el ambiente debidos largos periodos lluviosos, elevada humedad en invernaderos poco ventilados, etc..

Cuatro casos típicos de deficiencia de calcio, con diferentes tipos de soluciones:

Suelos ácidos muy lavados 
En este tipo se suelos es necesario el encalado para además de aportar calcio, aumentar el pH del suelo, reduciendo la competencia de protones y aluminio por el calcio. Un encalado correcto debe ser realizado después de la determinación de la necesidad de cal del suelo (Método Oficial de análisis de suelos nº 12). No se debe modificar el pH del suelo en más de 0,5 unidades de pH por año. Para mejorar la penetración de calcio a la zona radicular se puede mezclar con hasta un 25% de yeso.

Suelos cercanos a la neutralidad con bajas relaciones Ca/K y/o Ca/Mg
Se pueden adicionar fertilizantes cálcicos al suelo, buscando alcanzar un 80% de saturación en calcio en las superficies de intercambio y una relaciones óptimas de alrededor de Calcio/Potásio Ca/K=20 y Ca/Mg=5. Para el abonado de los cultivos se utilizarán fertilizantes que incorporen también calcio como superfosfatos, nitrato cálcico, nitrato amónico cálcico, etc. Específicamente, se puede incorporar yeso (sulfato cálcico) o cloruro cálcico que puede no ser adecuado en cultivos sensibles a la salinidad. La dosis a emplear oscilará entre 100 y 300 kg/ha de CaO, en función del cultivo y el suelo. En cultivos hidropónicos y fertirrigados, sobre todo aquellos desarrollados sobre sustratos artificiales, gran parte del calcio debe ser aplicado en la disolución nutritiva aunque. Se tendrá en cuenta el Calcio el aportado por el agua de riego. Se debe contemplar la posible aplicación con el abonado de fondo. La concentración de calcio ideal en la disolución es variable entre cultivos, desde 4,5 mmolc/l en disolución para cultivos como el melón hasta 10 mmolc/l para tomate y endivia.

Suelos alcalinos o sódicos
Contienen cantidades excesivas de sodio en los sitios de intercambio (contenido mayor del 15% de la CIC). La mejor fuente de calcio para sustituir este sodio es el yeso (sulfato de calcio), pero también es imprescindible mejorar el lavado con riegos abundantes con agua de buena calidad y favorecer el drenaje.

Condiciones de baja transpiración
Aparte del aporte radicular se precisa también un aporte foliar o al fruto. Para evitar disoluciones agresivas, se recomienda el uso de complejos cálcicos o también el nitrato cálcico. Cuando se aplica sobre los órganos comestibles, pocos días antes de la recolección, hay que evitar los nitratos y agentes orgánicos no degradables. 

 

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